miércoles, septiembre 05, 2007

La Poderosa Muerte II

En una escena de "El Señor de los Anillos", el rey Theodan llora frente al cuerpo de su hijo y clama porque un padre no debe enterrar a su hijo, porque no hay dolor más grande, porque no hay situación más indebida. Se me encongió el corazón, recuerdo, y pensé en mis hijos, y algo así como una oración le dije a Dios antes que cambiara la escena.

* * *

Me encuentro con M. El fin de semana ha enterrado a su hijo de 19 años. La embarga una extraña serenidad, más allá del dolor. Ha querido ir con él; a cuidarle, imagino; a hacerle compañía, a caminar con él por unos prados infinitos. Pero se ha quedado. Otros hijos están aquí, y una madre es una madre es una madre.

Encontré esto en la red. Visítenlo.


Un poema, para terminar. Uno de los Sonetos de la Muerte de Gabriela.

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!


Vale.