jueves, agosto 30, 2007

La Poderosa Muerte

Conocí a Andrea, y a su madre. Hacía unas semanas que no sabía de ella; por entonces estaba bien, aún, enamorada y, parecía, feliz de estar viva.
No se qué pasó estas últimas semanas; lo obvio es que no me visitó: que nuestra relación no alcanzó a ser estrecha, sólida, de ayuda. Que no pude ayudarla.


La poderosa muerte.
Silencio.

Preguntas, tantas preguntas.
Silencio.


Rezo por vos, Andrea. Por tu madre. Por nosotros, los que nos quedamos aquí, todavía.

4 comentarios:

Verónica Díaz C dijo...

Querido amigo:
El dolor de alma de Andrea fue más grande. Hay algo que te dice que mejor te disuelvas; eso hizo. Te lo digo por experiencia; sólo me salvó mi porfía y un pastel que traté de comer. Así me di cuenta que estaba enferma....
Un Beso grande...tu amor siempre basta, lo que no basta fue su capacidad de sentirla, porque no puedes sentir algo que no conoces.

Unknown dijo...

uf!
no desfallezcas. a veces no es facil seguir aki, tu debes saberlo mejor que naide, pero sigo creyendo, con cada apice de mi cuerpo, que hay demasiada belleza como para renunciar. demasiada.
espero q recuerdes, en momentos asi, que de una u otra forma, estamos junto a ti
harto awante!
un abrazo

El cronista de la O' dijo...

Qué lata, amigo Carlos, siempre hay algo por qué lamentarnos, y la muerte -más si es inesperada o incomprendida- es el más terrible de ellos.

Mi correo es superchopa@hotmail.com y de verdad me encantaría juntarme con ustedes, que los considero también mis amigos bloggeros, pero cacho que va ser un tanto difícil... mis súbditos de unas comarcas cercanas quieren saludarme y hacer una fiesta a mi nombre.
Pero llaménme (81295214), porque igual quisiera saludarte a tí con y a la Pola en vivo y en directo y hacer un poderoso ¡¡¡salud!!! al mismo tiempo.

Ah!!!, y como dijo Palimpsesto más arriba: AWANTE!!

kany dijo...

La ayudaste solo con conocerla.
un abrazo